Tras dos años de la pandemia del Covid-19, la palabra vacuna recuperó el valor que tuvo en años pasados cuando fue la única arma para erradicar del mundo enfermedades tan mortales y aterradoras para la humanidad como la poliomielitis, el sarampión o la viruela.
Vacunarse es, ante todo, un acto solidario y prueba de ello es el dato que nos ofrecen los registros de la Organización Mundial de la Salud (WHO): después del agua potable, el beneficio de la vacunación es lo que más ha logrado disminuir la mortandad en el mundo
Desde que se utilizó por primera vez, en el siglo XVIII (Edward Jenner 1749-1823) contra una enfermedad devastadora llamada viruela, todos los años se salvan entre 2 y 3 millones de vidas gracias a la vacunación.
El impacto de no usar vacunas es fácil de describir en ejemplos. Un caso relativamente reciente es el que se registró en el estado de Indiana, en 2005, cuando una niña que no estaba vacunada, regresó de un viaje infectada de sarampión provocando el contagio de otros niños que no habían sido vacunados, ya que sus padres creían que la vacuna era peligrosa para sus hijos. El sarampión, se había llegado a considerar una patología eliminada en la región de las Américas, pero en cuanto se bajó la cobertura de vacunación, volvió a introducirse.
La ecuación es simple; una vacuna no sólo protege al individuo sino también a la comunidad, ya que al no enfermarse el individuo la posibilidad de trasmisión de la enfermedad desaparece.
Los desarrollos exitosos en vacunas han continuado y así en los últimos años se han puesto a disposición varias vacunas importantes que salvan vidas. Entre ellas, la vacuna antineumoccica conjugada y la vacuna oral contra el rotavirus son especialmente importantes para reducir la mortalidad infantil. Para cuantificar el impacto de estas 2 vacunas a modo de ejemplo solo basta recordar que, en el 2008 sin estas vacunas, estas enfermedades produjeron más de 900,000 muertes en menores de 5 años, según estudios de la Organización Panamericana de la Salud (PAHO).
Ahora bien, hay ciertas vacunas que gozan de mayor popularidad que otras. La de la Influenza es una de esas vacunas en que su aplicación no ha conseguido incorporarse de lleno en la intensión popular.
Sin embargo, y muy por lo que se cree, esta enfermedad, también conocida como gripe, puede convertirse en una infección viral aguda que de complicarse el cuadro requiere de hospitalización e incluso puede causar la muerte.
Si bien pocos reconocen su gravedad y la confunden con un resfriado, según datos de la Organización Panamericana de la Salud, cada año 772,000 personas deben ser hospitalizadas, y entre 41,000 y 72,000 fallecen como consecuencia de ella en el continente americano.
Mitos y verdades sobre la vacuna de la Influenza
Aunque las vacunas contra la influenza se han usado desde hace décadas, muchas veces estas se han visto rodeadas de un halo de duda y desconfianza. Sin embargo, desde los organismos mundiales y locales de salud pública afirman que son seguras y que su aplicación no causa Influenza.
Tanto la que administra con un pinchazo y contiene virus inactivados, como la que se aplica por spray nasal y contiene virus atenuados, no pueden producir la enfermedad.
Tal como sucede con la vacuna contra el Covid-19, el cuerpo necesita alrededor de dos semanas luego de efectuarse la aplicación para estar protegido.
En los Estados Unidos, la producción de la vacuna contra la Influenza se revisa todos los años y se actualiza, según corresponda, para que coincida con los virus en circulación.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades recomiendan que las personas que tengan 6 meses de edad o más reciban la vacuna contra la influenza una vez por año. La vacunación es especialmente importante para las personas con alto riesgo de sufrir complicaciones por la influenza, entre ellas: embarazadas, adultos mayores, niños pequeños y personas con el sistema inmunitario debilitado.
Las revisiones de estudios hechos en el pasado han determinado que la vacuna contra la gripe tiene una eficacia de entre 50% y 60% en los adultos sanos que tienen entre 18 y 64 años.
Otro tema que se debe tener en cuenta y que quedó en el punto de mira de muchas personas alrededor del mundo es la combinación de vacunas: Covid-19 e Influenza.Las vacunas contra la influenza y las vacunas contra el COVID-19 pueden aplicarse al mismo tiempo sin que represente ningún tipo de complicaciones para la persona que se la aplica, así lo informaron desde la Organización Mundial de la Salud y lo replican organismos de salud de todo el mundo.
La vacuna contra la gripe noprotege de contagiarte de COVID-19. A pesar de ello, profesionales médicos de todo el planeta coinciden en que es importante recibir la vacuna contra la gripe esta temporada, porque la Influenzay el Covid-19 causan síntomas similares.